La piel atópica de bebé es una enfermedad muy frecuente que afecta a entre el 10 y el 20% de niños. Sus efectos son muy molestos para los pequeños, que pueden sentir picores, irritación e incluso dolor. Conoce sus consecuencias y ayuda a tu bebé a aliviar los síntomas siguiendo estas recomendaciones.
¿Qué es la piel atópica de bebé?
La piel atópica del bebé es una enfermedad que provoca una hipersensibilidad en la piel, produciendo intensos picores para el niño. Su capacidad protectora frente a los agentes externos disminuye, desarrollando una especial sensibilidad ante las influencias ambientales, el sudor o las alergias. Así, la estructura de la piel se modifica, dando lugar a sequedad, descamaciones, manchas y enrojecimientos.
Recordemos que los bebés vienen de un entorno húmedo y han de adaptarse repentinamente a un nuevo entorno seco. Durante este proceso de climatización, la piel es más sensible que nunca.
¿Cómo se manifiesta?
La dermatitis atópica en bebés suele presentarse por brotes, es decir, hay periodos en los que la piel empeora y otros en los que la sintomatología remite. Durante las fases de activación, deberás aplicar los medicamentos prescritos por el pediatra o el dermatólogo, mientras que cuando los brotes se rebajan también habrás de tener un cuidado especial. La aplicación diaria de cremas para la piel atópica del bebé contribuirán a mantenerla hidratada, produciendo una sensación de alivio en el niño.
La enfermedad puede comenzar a manifestarse a los 2 o 3 meses de vida. Podrás identificarla por la descamación y el enrojecimiento de la piel. Principalmente se desarrolla en la cara y en el cuero cabelludo, aunque también en otras partes del cuerpo como codos, rodillas o muñecas. Los brotes producen un intenso picor, por lo que notarás que el niño se rasca y se queja por las molestias.
¿Cuáles son sus causas?
La principal causa para el desarrollo de la piel atópica en bebés es tener una predisposición genética. Sin embargo, también hay otros factores que contribuyen a su aparición:
- La concentración de agentes contaminantes en el ambiente.
- Los climas fríos.
- El contacto con tejidos como la lana o el nylon.
- Las alergias alimentarias o a otros agentes externos, como los ácaros del polvo o el polen.
- El uso de químicos como el suavizante.
- La exposición a ambientes donde el niño se convierte en fumador pasivo.
¿Qué puedo hacer para prevenir la dermatitis atópica de mi bebé?
No existe una cura conocida para esta enfermedad cutánea, pero sí que puedes aliviar sus síntomas siguiendo estas sencillas recomendaciones:
- Intenta que los baños no superen los 10 minutos y que el agua no esté demasiado caliente.
- No frotes su piel con la toalla, sécalo con leves toques.
- Después del baño, hidrata su piel con cremas que mejorarán la piel atópica de tu bebé.
- Aplícale la crema emoliente dos veces al día para evitar la sequedad.
- Mantén temperaturas suaves, ni demasiado cálidas ni demasiado frías.
- Mantén el ambiente libre de polvo, animales domésticos y otros agentes que puedan producirle reacciones alérgicas.
- Utiliza ropa de tejidos naturales como el algodón, y evita el nylon y la lana.
- Lava la ropita nueva del bebé antes de utilizarla por primera vez, podrían quedar restos de agentes químicos que le provoquen reactiven la sensibilidad de la piel.
- Lava las prendas con jabón neutro y evita el uso de detergentes.
- Córtale las uñas para evitar que se provoque heridas al rascarse.
- Durante las épocas de reactivación de los brotes, puedes poner guantes de algodón al bebé para evitar que se rasque, también a la hora de dormir.
Para los padres también puede ser muy duro ver cómo el niño sufre los incómodos síntomas de la piel atópica del bebé, pero no desesperes. Consulta con el especialista el mejor tratamiento para calmar los picores y mantén un ambiente sano para tu hijo.
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