lunes, 4 de mayo de 2020

¡Cuida los ojos de tu bebé!

Tener un bebé en casa es toda una aventura y en el recién estrenado papel de padres toca estar alerta a cualquier señal anómala que veamos en el pequeño.
En el caso de los ojos, el seguimiento es especialmente importante por la sensibilidad de la zona. Si eres de los que no sabe por dónde empezar cuando ves mucosidad o inflamación ocular, lee estos consejos para salir de dudas.

En qué fijarnos para cuidar los ojos de un niño pequeño

  • Lagrimal. Las obstrucciones de las vías lagrimales son comunes en los seis primeros meses de vida. Es algo que les ocurre al 20% de los bebés y se debe a que el canal que une nariz y lagrimal es aún muy inmaduro. Normalmente se resuelven sin necesidad de tratamiento pero, en caso de duda, acude a tu pediatra.
  • Párpados. Por la presión ejercida durante el parto, algunos pequeños nacen con los párpados ligeramente inflamados. Normalmente desaparece a los tres o cuatro días y, de hecho, provoca que veamos los ojos ligeramente asimétricos. Durante vuestra estancia en el hospital, el equipo médico se encargará de las revisiones y os dará las indicaciones oportunas al respecto.
  • Conjuntivitis. Cuántas veces habrás escuchado a un adulto comentar que tiene conjuntivitis porque se la ha contagiado su hijo o su nieto. Efectivamente, la conjuntivitis se contagia. De ahí que sea tan importante prevenirla y tratarla adecuadamente. Además, los niños no paran de tocar todo y eso hace que sea más fácil que el virus o bacteria que la provoca se propague. En estos casos, la higiene de manos es especialmente relevante, así como limpiar cada ojo con una gasa diferente impregnada en suero fisiológico.
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Cuidados específicos de los ojos durante las primeras semanas de vida


  • Lava bien tus manos antes de tocar la cara del bebé. La higiene continuada de manos evita infecciones. Si estás fuera de casa, lleva en el bolso o en el carrito de paseo un antiséptico, que te garantiza tener las manos esterilizadas sin importar donde estés.
  • Elimina legañas y otros restos con gasas y suero fisiológico. Las monodosis de suero son muy prácticas porque puedes llevarlas a todas partes, además el envase es más higiénico. Si tu pequeño se levanta por las mañanas con una pequeña tela transparente sobre los ojos, no te alarmes. Revísalos adecuadamente y limpia cada ojo con una gasa diferente para evitar el contagio de uno a otro, en caso de infección. Procura que el movimiento sea de dentro hacia fuera para arrastrar las impurezas lejos de las zonas más sensibles.
  • En caso de obstrucción del lagrimal, masajea la zona varias veces al día presionando hacia abajo hasta que se solucione.
  • Evita remedios caseros como la aplicación de manzanilla.Confía en los consejos de tu pediatra y farmacia de confianza.
  • No uses antibióticos ni otros medicamentos si previamente no lo ha indicado el médico.

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