sábado, 4 de abril de 2020

Tratamiento para costra láctea en bebés

La costra láctea no afecta a todos los bebés, pero aparece entre la segunda y la décima semana de vida. No se trata de un problema en la alimentación: su nombre se debe a que es una afección de la piel que aparece en lactantes. ¡Descubre todo lo que tienes que saber!


Bebé con costra láctea: TRATAMIENTO

Lo más importante es que no debes preocuparte: se trata de una afección benigna, inflamatoria y común, que aparece en el cuero cabelludo pero que puede extenderse a las orejas, frente y cejas. No pica y no es contagiosa, a pesar de su aspecto poco estético. De forma natural desaparece entre el primer y el segundo año de vida, pero con los cuidados adecuados puedes conseguir que remita en poco tiempo.

La costra láctea tiene tratamiento, que consiste en seguir unas sencillas pautas que contribuirán a que se caiga por sí sola. Estas son:

1. Cepillar el cabello con un cepillo específico para bebés. Ten mucho cuidado para no irritar la piel o hacer heridas.

2. No intentes eliminar la costra con las uñas: al igual que con el cepillo, puedes irritar el cuero cabelludo de tu bebé.

3. Hazte con un producto específico que te ayude a tratar la costra en la cabeza del bebé, así como en la frente, en las cejas o en las orejas. Aplícalo una vez al día.

4. Refuerza el efecto del producto específico con un champú especial para evitar la aparición de la costra. Tras la aplicación del tratamiento, lava el pelo con este champú, masajeando suavemente y aclarando con abundante agua templada.

5. Protege su piel, y en especial esta zona, de las agresiones del sol intenso, el frío o el aire, y procura evitar la sudoración excesiva. De esta forma evitarás que cualquier irritación empeore la zona afectada.

6. Lávate las manos con agua caliente y jabón antes y después de aplicar en la costra láctea este tratamiento.

Aunque la cabeza del bebé es una zona delicada, no debes tener miedo de hacer daño en las zonas más blandas (fontanelas) de la parte superior. Tampoco te preocupes por el cepillado o los masajes en el cuero cabelludo, pues ninguno de estos gestos resultará perjudicial para tu bebé.

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El momento del baño de tu bebé

Para limpiar la piel de tu bebé, ten en cuenta algunas recomendaciones sobre cómo bañar a un recién nacido. Prepara un baño con agua a temperatura ideal: 37 grados. No debemos usar agua muy caliente porque resecará su piel, ni tampoco muy fría porque puede ser molesto para el bebé.

Usa jabones neutros, con fórmulas ultra suaves y sin jabón, que respeten la sensibilidad y fragilidad de su piel. Puedes usar tus manos para enjabonarlo, así evitarás cualquier tipo de fricción. Tras 5 ó 10 minutos de baño, seca cuidadosamente su piel e hidrátala con un producto adecuado para ello. Aplícalo con movimientos circulares para conseguir un efecto calmante.

Presta atención a los cambios de pañal

La piel del culito del bebé pasa mucho tiempo en un ambiente húmedo y ácido, por ello, es muy habitual que aparezca la llamada 'dermatitis del pañal'. Cuando esto ocurra, cambia el pañal cuando veas que está mojado o sucio (si no lo está, te recomendamos cambiarlo cada 3 horas). Lava esta zona con un agua o con un gel limpiador que no necesite aclarado. Muy importante también, secarlo con cuidado y aplicar una crema protectora y reparadora cada vez que cambiemos el pañal.

La exposición indirecta al sol durante los paseos

Como ya te hemos contado, los niños menores de tres años, no deben exponerse directamente al sol. Pero, aunque sea invierno y esté nublado, los rayos UVA y UVB están presentes, por lo que es necesario proteger su piel de lo que se denomina exposición indirecta, que es la que se produce cuando los sacamos de paseo o cuando están bajo una sombrilla o un toldo. Ten en cuenta cómo aplicar la protección solar a tu bebé de manera adecuada.

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